Apenas tenemos un día de competición, el torneo comenzó ayer y con los horarios cambiados realmente se hace muy difícil seguir los partidos, aunque hago lo posible para tratar de estar ver los mejores de ellos. Por parte de los Argentinos hubo tres buenas noticias, Del Potro se deshizo de Mannarino que le proporcionó más problemas de los esperados, y Nalbandian arrasó con Nieminen a tal punto que el finés tuvo que retirarse por dolores y le dio al de Unquillo el pase a 2da ronda. Lo mejor para el tenis argentino en la jornada del lunes australiano fue la victoria de Paula Ormaechea, que venía de ganar tres partidos en la qualy, y estár en el cuadro principal para ella ya era un sueño hecho realidad. La tenista de Sunchales de 19 años se enfrentará a Radwanksa, décima preclasificada y todavía no cree lo que está logrando.
Paula es una gran noticia para el tenis femenino en la Argentina, que se ve actualmente debilitado sin muchas representantes importantes.
Muchos otros jóvenes empiezan a marcar el circuito, esta vez por el lado masculino. Estoy hablando de chicos que el año pasado los veíamos ya con buenos ojos y quieren que el 2012 sea el de su instalación en el circuito para conseguir grandes cosas. Empiezo por Bernard Tomic, que ayer superó a Verdasco en un partido épico a 5 sets que iba perdiendo 2 sets a 0. Pero el australiano no está solo, recordemos también al excéntrico ucraniano Dolgopolov, o a el nipón Kei Nishikori, el canadiense Milos Raonic, o el talentosísimo Dimitrov, no me quiero olvidar de ninguno. Estos chicos ya son cosa seria y pretenden que 2012 los consolide en el máximo nivel, son el futuro del tenis profesional, los que van a marcar el camino, entre otros, una vez que los que actualmente lideran no lo hagan más. Y eso de a poco está sucediendo, Verdasco ayer cayó ante Tomic en un partido que el experto no pudo con el novato y este último demostró más temple que el español, que cometió múltiples errores no forzados. Dolgopolov tuvo que dar vuelta un 0-2 también para eliminar a Greg Jones. Dimitrov hizo lo propio con el francés Chardy.
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